sábado, 25 de agosto de 2012



Un hombre susurró "Dios háblame", entonces cantó un pajarito. Pero el hombre no escuchó.
Entonces 
Foto: Un hombre susurró "Dios háblame", entonces cantó un pajarito. Pero el hombre no escuchó.
Entonces el hombre gritó "Dios háblame". Y entonces se oyeron truenos a través de un colchón de nubes. Pero de nuevo el hombre no escuchó.

El hombre miró a su alrededor y dijo "Dios déjame verte". Y una estrella brillo en el firmamento como nunca había brillado. Pero el hombre no miró al cielo y no la vio.

Entonces el hombre indignado fuertemente grito "Dios déjame ver un milagro". ¡Y nació su hijo! Pero el hombre no se dio cuenta de la nueva eirrepetible vida que comenzaba.

Entonces gritó desesperado "Dios, tócame, déjame sentirte" En esemomento Dios bajó del cielo y toco al hombre en su mejilla suavemente. Pero el hombre quitó la linda mariposa de su mejilla y siguió su camino.

Esto nos debe recordar que Dios siempre está a nuestro lado, en todo, en lo grande y lo sencillo, al igual que en cosas a las que no le prestamos mucha atención. Inclusive en nuestra era electrónica. Por eso cuando llorando gritamos: "Dios, necesito tu ayuda" y en ese momento recibimos un mensaje de correo electrónico con buenas noticias, dándonos aliento, con la oración y el abrazo de alguien que nos quiere, que se preocupa por nosotros. Pero a veces no lo apreciamos.

No pierdas de una oración ni de un buen amigo(a) porque la envoltura no es lo que tú esperas. Dios nos habla a través de las personas más sencilla y menos esperadas. —el hombre gritó "Dios háblame". Y entonces se oyeron truenos a través de un colchón de nubes. Pero de nuevo el hombre no escuchó.


El hombre miró a su alrededor y dijo "Dios déjame verte". Y una estrella brillo en el firmamento como nunca había brillado. Pero el hombre no miró al cielo y no la vio.

Entonces el hombre indignado fuertemente grito "Dios déjame ver un milagro". ¡Y nació su hijo! Pero el hombre no se dio cuenta de la nueva eirrepetible vida que comenzaba.

Entonces gritó desesperado "Dios, tócame, déjame sentirte" En esemomento Dios bajó del cielo y toco al hombre en su mejilla suavemente. Pero el hombre quitó la linda mariposa de su mejilla y siguió su camino.

Esto nos debe recordar que Dios siempre está a nuestro lado, en todo, en lo grande y lo sencillo, al igual que en cosas a las que no le prestamos mucha atención. Inclusive en nuestra era electrónica. Por eso cuando llorando gritamos: "Dios, necesito tu ayuda" y en ese momento recibimos un mensaje de correo electrónico con buenas noticias, dándonos aliento, con la oración y el abrazo de alguien que nos quiere, que se preocupa por nosotros. Pero a veces no lo apreciamos.

No pierdas de una oración ni de un buen amigo(a) porque la envoltura no es lo que tú esperas. Dios nos habla a través de las personas más sencilla y menos esperadas.
 —











anonimo-

domingo, 19 de agosto de 2012

narracion



Un hombre susurró "Dios háblame", entonces cantó un pajarito. Pero el hombre no escuchó.
Entonces el hombre gritó "Dios háblame". Y entonces se oyeron truenos a través de un colchón de nubes. Pero de nuevo el hombre no escuchó.

El hombre miró a su alrededor y dijo "Dios déjame verte". Y una estrella brillo en el firmamento como nunca había brillado. Pero el hombre no miró al cielo y no la vio.

Entonces el hombre indignado fuertemente grito "Dios déjame ver un milagro". ¡Y nació su hijo! Pero el hombre no se dio cuenta de la nueva eirrepetible vida que comenzaba.

Entonces gritó desesperado "Dios, tócame, déjame sentirte" En esemomento Dios bajó del cielo y toco al hombre en su mejilla suavemente. Pero el hombre quitó la linda mariposa de su mejilla y siguió su camino.

Esto nos debe recordar que Dios siempre está a nuestro lado, en todo, en lo grande y lo sencillo, al igual que en cosas a las que no le prestamos mucha atención. Inclusive en nuestra era electrónica. Por eso cuando llorando gritamos: "Dios, necesito tu ayuda" y en ese momento recibimos un mensaje de correo electrónico con buenas noticias, dándonos aliento, con la oración y el abrazo de alguien que nos quiere, que se preocupa por nosotros. Pero a veces no lo apreciamos.

No pierdas de una oración ni de un buen amigo(a) porque la envoltura no es lo que tú esperas. Dios nos habla a través de las personas más sencilla y menos esperadas.
 








anonimo.-

SUEÑO.-



MI VIEJO

Foto: En el santo momento del silencio, cuando todo descansa de los avatares      diarios, en mi mente que deambula lejana y solitaria en recuerdos y en pasados tan lejano; viene a mí un cuadro de mi vida bien pasada.
Cuando el ocaso del día al atardecer remota; en nubes de colores rozando el horizonte, recuerdo padre mío tus palabras.
Palabras que rozaban de enseñanzas y consejos compartidos con mi madre
En un triángulo perfecto de bondad y esperanzas.
Tu calma  y sabiduría me halagaba en tu presencia, que junto a mi madre con paciencia escuchaba opinando  en lo oportuno que se daba.
El cantar de las aves me enseñabas, sobre nidos de otras me contabas .Las estrellas, la mitología que tanto te gustaban.
Cuando niña, la Biblia leías a los pies de tu cama y en cada pasaje me narrabas tu admiración en las cosas allí encontradas
Los mismos libros, la misma música…etc.
Nunca supe a ciencia cierta el porque de tus silencios… ¿que pensabas?..¿Que soñabas?...
Los días, los meses, los años…fueron pasando como las hojas de los arboles que en otoño caen una vez cumplido el ciclo y el porque de la existencia así basada.
El porque en cada flor y cada color en la paleta de pintor esbozando un retrato, un paisaje...yo en silencio observando tus blancas manos  dando forma  a la figura ya formada.
No se de un día que te escuchara gritar  o decir palabras soeces.
Nunca te vi enojado, siempre trabajando
En libros escogidos me enseñaste a leer en edad temprana:” El quijote”,” El mío Cid”…hasta” Los Mis
erables “y mucho mas
.Buenas costumbres en la mesa…y con extraños.
Muchas cosas que  junto a mi madre dieron forma a lo que soy y seré hasta que llegue el día de mi partida. El fino velo que nos separa hoy, me permitirá volveré a verte en la eternidad y podré decirte nuevamente cuánto te amo padre mío con un abrazo y un beso fundido en tu frente.-En el santo momento del silencio, cuando todo descansa de los avatares diarios, en mi mente que deambula lejana y solitaria en recuerdos y en pasados tan lejano; viene a mí un cuadro de mi vida bien pasada.
Cuando el ocaso del día al a
tardecer remota; en nubes de colores rozando el horizonte, recuerdo padre mío tus palabras.
Palabras que rozaban de enseñanzas y consejos compartidos con mi madre
En un triángulo perfecto de bondad y esperanzas.
Tu calma y sabiduría me halagaba en tu presencia, que junto a mi madre con paciencia escuchaba opinando en lo oportuno que se daba.
El cantar de las aves me enseñabas, sobre nidos de otras me contabas .Las estrellas, la mitología que tanto te gustaban.
Cuando niña, la Biblia leías a los pies de tu cama y en cada pasaje me narrabas tu admiración en las cosas allí encontradas
Los mismos libros, la misma música…etc.
Nunca supe a ciencia cierta el porque de tus silencios… ¿que pensabas?..¿Que soñabas?...
Los días, los meses, los años…fueron pasando como las hojas de los arboles que en otoño caen una vez cumplido el ciclo y el porque de la existencia así basada.
El porque en cada flor y cada color en la paleta de pintor esbozando un retrato, un paisaje...yo en silencio observando tus blancas manos dando forma a la figura ya formada.
No se de un día que te escuchara gritar o decir palabras soeces.
Nunca te vi enojado, siempre trabajando
En libros escogidos me enseñaste a leer en edad temprana:” El quijote”,” El mío Cid”…hasta” Los Mis
erables “y mucho mas
.Buenas costumbres en la mesa…y con extraños.
Muchas cosas que junto a mi madre dieron forma a lo que soy y seré hasta que llegue el día de mi partida. El fino velo que nos separa hoy, me permitirá volveré a verte en la eternidad y podré decirte nuevamente cuánto te amo padre mío con un abrazo y un beso fundido en tu frente.-



GLORIA PALERMO 2012.-

EL PRINCIPIO NARCISO




            Mi hija me había telefoneado varias veces, para decirme: “Mamá, tienes que venir a ver los narcisos antes de que se acaben.”  Yo deseaba ir, pero era un camino de dos horas desde Laguna hasta Lake Arrowhead. “Iré este martes”, le prometí con cierta renuencia, cuando llamó por tercera vez.
            El martes amaneció frío y lluvioso. Sin embargo, había yo prometido, y manejé hasta allá a regañadientes. Cuando finalmente entré a la casa de Carolina, los gozosos sonidos de niños felices me dieron la bienvenida. Encantada, abracé y saludé a mis nietos.
            “¡Olvida los narcisos, Carolina! ¡El camino está invisible con estas nubes y esta niebla, y no hay nada en este mundo, excepto tú y estos pequeños, que yo desee ver tanto como para manejar una pulgada más!”
            Mi hija sonrió calmadamente y dijo: “Nosotros manejamos en estas condiciones todo el tiempo, Mamá.”  “Bueno”, le aseguré, “no me harás volver al camino sino hasta que aclare, y entonces ¡será para encaminarme a mi casa!”
            “Pero, primero, vamos a ver los narcisos. Son sólo unas pocas cuadras,”  dijo Carolina. “Yo manejaré, estoy acostumbrada a esto.”
            “Carolina”, dije firmemente, “por favor.” 
“No te preocupes, Mamá, todo está bien, te lo aseguro. Nunca te perdonarías haberte perdido esta experiencia.”
            Después de unos veinte minutos, doblamos a un angosto camino de grava y vimos un pequeño templo. Al otro lado del templo, vi un letrero hecho a mano, con una flecha, que decía: “Jardín de Narcisos.”  Salimos del carro, cada una tomó a un pequeño de la mano, y yo seguí a Carolina por el sendero. Entonces, al doblar una curva, miré y quedé boquiabierta. Delante de mí estaba la vista más gloriosa.  (FOTO)


            Parecía como si alguien hubiera tomado una enorme tina de oro y la hubiera derramado sobre la cumbre del monte y sus laderas. Las flores estaban plantadas en majestuosos diseños arremolinados, grandes fajas y tiras de un anaranjado intenso, blanco cremoso, amarillo cetrino, salmón rosa, azafranado y amarillo mantequilla. Cada variedad de diferente color estaba plantada en grandes grupos, de tal manera que se arremolinaban y ondulaban como un solo río, con su propio y único matiz. Había cinco acres de flores, unas dos hectáreas y media.
            “¿Quién hizo esto?”, le pregunté a Carolina.
“Una mujer nada más”, me respondió Carolina. “Ella vive en este terreno. Ésa es su casa.”  Carolina señaló una casa bien cuidada con una estructura en A, pequeña y modestamente asentada en medio de toda esa gloria. Caminamos hasta la casa.
            En el patio, vimos un letrero. “Respuestas a las Preguntas que Yo Sé que Estás Haciendo”, decía el encabezado. La primera respuesta era una sencilla: “50, 000 bulbos.” La segunda respuesta era: “Uno a la vez, por una mujer. Dos manos, dos pies y un cerebro.”  La tercera respuesta era: “Comenzó en 1958.”
            Para mí, ese momento fue una experiencia-que-cambia-la-vida. Pensé en esta mujer a quien nunca había conocido, quien, hacía más de cuarenta años había empezado a traer, un bulbo cada vez, su visión de belleza y gozo a una obscura cima de un monte. Plantando un bulbo cada vez, año tras año, esta mujer desconocida había cambiado para siempre el mundo en que vivía. Un día cada vez, ella había creado algo de extraordinaria magnificencia, belleza e inspiración. El principio que su Jardín de Narcisos enseñó es uno de los grandes principios para celebrar. (FOTO)

            Esto es, aprender a movernos hacia nuestras metas y deseos un paso cada vez –a menudo tan sólo un pasó de bebé cada vez- y aprender a amar el hacer, aprender a usar la acumulación de tiempo. Cuando multiplicamos minúsculos espacios de tiempo con pequeños incrementos de esfuerzo diario, encontraremos que podemos realizar cosas magníficas. Podemos cambiar el mundo…
            “Me pone triste, en cierto modo”, admití a Carolina. “¿Qué hubiese yo logrado si yo hubiese pensado en una meta maravillosa hace unos treinta y cinco o cuarenta años, y hubiese yo trabajado esa meta ‘un bulbo cada vez’ a través de todos esos años? ¡Nada más piensa en lo que yo hubiera realizado!”
            Mi hija resumió el mensaje del día en su manera directa usual: “Empieza mañana”, dijo.
            Ella estaba en lo cierto. Es tan sin sentido pensar en las horas perdidas del ayer. La manera de hacer el aprendizaje una lección de fiesta en vez de una causa de pesar es preguntar nada más: “¿Cómo puedo usar esto hoy?”

Usa el Principio Narciso. No esperes…
Hasta que tu carro o tu casa estén pagados.
Hasta que consigas un nuevo carro o casa.
Hasta que termines la escuela.
Hasta que regreses a la escuela.
Hasta que limpies tu casa.
Hasta que organices tu cochera.
Hasta que limpies tu escritorio.
Hasta que bajes cinco kilos.
Hasta que subas cinco kilos.
Hasta que te cases.
Hasta que te divorcies.
Hasta que tengas niños.
Hasta que los niños vayan a la escuela.
Hasta que tus hijos se vayan de la casa.
Hasta que te retires.
Hasta la primavera.
Hasta el verano.
Hasta el otoño.
Hasta el invierno.
Hasta que mueras…

No hay mejor tiempo que ahora para ser feliz.

La felicidad es un viaje, no un destino.

Así, trabaja como si no necesitaras dinero.

Ama como si nunca hubieras sido lastimado.

Danza como si nadie te estuviera mirando.


Si quieres iluminarle y alegrarle el día a alguien, pásale esto a alguien especial.
¡Yo acabo de hacerlo!

Te deseo un día precioso, un día narciso.
No tengas miedo de que tu vida termine, ten miedo de que no comience.

--Anónimo--